La Fraternidad sacerdotal del Corazón Eucarístico
En el espíritu de la espiritualidad dominicana misionera adoratriz, los sacerdotes de la fraternidad sacerdotal del Corazón eucarístico son conscientes que su vocación sacerdotal tiene su fuente en el acto de amor de Cristo de la Cena, haciéndolo darnos la Eucaristía y darse en la Eucaristía.
Animados de un deseo profundo por responder a este amor y a su llamado sobre cada uno de ellos, y por la fecundidad de su ministerio, ellos buscan impregnarse y vivir de los sentimientos que habitaban su Corazón cuando en la tarde del Jueves Santo, Él ofrecía su vida al Padre y se daba por la salvación de toda la humanidad.
En el seguimiento de Cristo, ellos quieren contribuir para dar estos adoradores en espíritu y en verdad que busca el Padre, ofreciéndose ellos mismos y dando su vida en todos los actos de su ministerio.
Seguros de la actualidad y de la permanencia del don de amor de Cristo de la Cena, no solamente celebran ellos la eucaristía para sus hermanos y hermanas, pero quieren “por Él, con Él y en Él”, hacer de su propia vida una eucaristía ofrecida para la gloria de toda la Trinidad.
Para sostenerse mutualmente y ayudarse a vivir esta espiritualidad, los sacerdotes miembros de la fraternidad se reunen mensualmente. Durante su encuentro, viven juntos un tiempo de adoración eucarística, comparten sobre un texto en vínculo con la espiritualidad o su ministerio, celebran las vísperas y se encuentran en la fraternidad para tomar la cena.
El canónigo André Gagné testimonia de su alegría de ser sacerdote
Él nos comparte que su alegría de ser sacerdote está anclado fundamentalmente en la identificación al Corazón de Cristo. Interpelado por la palabra de san Juan Pablo II, «Pastor según su corazón», el padre André pone ahi su toque… según su Corazón eucarístico: cumbre del amor que ha brotado del Corazón de Cristo, cuando en la Cena, él pone todo el amor de la cruz en el gesto eucarístico.
Una vídeo de la webtele ecdq.tv