En este año jubilar de la entrada al cielo de nuestro Padre santo Domingo, preparemos nuestros corazones para celebrar esta fiesta en la alegría. Les proponemos de mirarlo orar. El beato Jordán de Saxe decía de él: Era como un olivo fecundo y como el ciprés que se elevan sobre las alturas.  Él consumía sus días y sus noches dedicándose incansablemente a la oración.

 Nuestro Padre santo Domingo no ha dejado algún escrito, pero muchos hermanos lo han visto orar y han dejado hermosos recuerdos, de los cuales, un manuscrito de un autor desconocido, 1260-1288, escrito en catalán: Las nueve maneras de orar de santo Domingo. Es a partir de extractos de este opúsculo, ilustrado con bellas miniaturas, que viviremos esta novena.

No se trata tanto de imitar tal cual a santo Domingo en sus gestos, pero de inspirarse  del espíritu que lo animaba, para estimular nuestro fervor y nuestra propia manera de orar. Una manera de decir a Dios : « Heme aquí!... tal como yo soy ». Encontrarán en Domingo, un  maestro de vida interior! Dejémonos atraer por él sobre caminos inéditos de nacimiento a sí mismo, y dejar brotar la alegría desbordante y la misión.

Después de cada una de las maneras de orar, una corta oración es formulada, para alimentar nuestra oración personal. ¡Tengan una bonita novena! ¡Domingo enséñanos a orar!