La oración de las inclinaciones
30 de julio – Día 1
La primera manera era la siguiente. Humildemente prosternado delante del altar, como si Jesucristo, representado por este altar, le estaba realmente y personalmente presente, y no solamente en su símbolo, él decía: « Mi Dios, usted siempre ha tenido como agradable la oración de los hombres humildes y dulces » (Judit, 9, 16) (…) Después de haber orado de esa manera, el santo padre se levantaba, inclinaba la cabeza, y consideraba con humildad su jefe Jesucristo (…) aplicaba todo su ser a minifestarle su veneración. Enseñaba a los hermanos a hacer lo mismo cuando pasaban delante del crucifijo, signo de la humillación de Jesucristo; (…)
Este tipo de humildad, la pedía también en honor de la Santa Trinidad, cuando cantaba el versículo : « Gloria al Padre, al Hijo y Espíritu Santo ». Esta manera de inclinar profundamente la cabezza, como lo muestra la figura, era el punto de partida de sus devociones.
Con Domingo que se prosternaba humildemente delante del Crucificado, te imploramos Señor: que Jesús crucificado, vencedor del mal y de la muerte, permanezca siempre nuestro solo maestro, nuestra sola riqueza. Inclinamos nuestra cabeza, inclinamos nuestro corazón en signo de humildad delante de tí, Dios, el Padre, para estar en comunión contigo. Queremos despojarnos de nuestras falsas imágenes de nosotros mismos, para nacer a aquel, a aquella que somos profundamente en Dios, para nacer a nuestra identidad verdadera.
Oración del Jubileo
Oh Dios, nuestro Creador, Redentor y Paráclito, unidos en oración, te presentamos nuestra alabanza, nuestra bendición y nuestra predicación.
Hace ochocientos años, llamaste a santo Domingo a entrar en la vida eterna y a reunirse contigo en la mesa del cielo.
En la celebración de este Jubileo, aliméntanos y llénanos de tu gracia para que podamos realizar nuestra misión de predicar el Evangelio para la salvación de las almas.
Ayúdanos a nutrir a tu pueblo con tu Verdad, tu Misericordia y tu Amor, hasta aquel día prometido en que nos reunirás a todos, junto a los bienaventurados.
Te lo pedimos como Familia Dominicana, por la intercesión de María, en el nombre de Jesús. Amén.