Disciplina (la oración de sangre)

1ro de agosto – Día 3

 

Por este motivo, como continuación natural de lo que acaba de ser dicho (cf. 2da. Manera de orar, 2do. Día de la novena), él se levantaba para darse la disciplina con una cadena de fierro, diciendo: « Su disciplina me corrigió hasta el fin » (Sal 17, 36). Es por eso la orden entera ha resuelto por unanimidad que todos los hermanos, en memoria de este ejemplo de santo Domingo, (…) recibirían la disciplina… durante ese tiempo, recitarían con devoción el Miserere o el De Profondis. Ellos harían penitencia sea por sus propias faltas, sea por las de los bienechores que les hacen vivir con sus limosnas. También nadie, tan inocente como pueda serlo, no debe sustraerse a esta costumbre.

(N.B. : ¡Si esta costumbre no está vigente en la Orden ahora, la obligación permanece sin embargo y más que nunca, de orar por nuestros pecados y por los del mundo entero!)

 

 

 

Con Domingo que se daba la disciplina, te imploramos, Señor: vela particularmente por nuestros hermanos y hermanas afectadas por la pandemia, particularmente aquellos que están afectados en su carne. Ten piedad de todos aquellos que hoy de tantas maneras sufren en su cuerpo y en todo su ser.

Oración del Jubileo

Dies Natalis Sancti Dominici

 

Oh Dios, nuestro Creador, Redentor y Paráclito, unidos en oración, te presentamos nuestra alabanza, nuestra bendición y nuestra predicación.

Hace ochocientos años, llamaste a santo Domingo a entrar en la vida eterna y a reunirse contigo en la mesa del cielo.

En la celebración de este Jubileo, aliméntanos y llénanos de tu gracia para que podamos realizar nuestra misión de predicar el Evangelio para la salvación de las almas.

Ayúdanos a nutrir a tu pueblo con tu Verdad, tu Misericordia y tu Amor, hasta aquel día prometido en que nos reunirás a todos, junto a los bienaventurados.

Te lo pedimos como Familia Dominicana, por la intercesión de María, en el nombre de Jesús. Amén.